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Patarroyo lideró el desarrollo de la vacuna SPf66 contra la malaria, proyecto que lo posicionó como pionero mundial en la creación de vacunas sintéticas.
La tarde del 9 de enero se conoció la noticia del fallecimiento del reconocido científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo, un visionario que marcó un antes y un después en la historia de la ciencia en el país. El inmunólogo y patólogo, pionero de las vacunas sintéticas y ferviente defensor de la investigación científica como motor de cambio, falleció a los 78 años en su casa de Bogotá.
Un hito en la lucha contra la malaria
Entre 1986 y 1988, Patarroyo lideró el desarrollo de la vacuna SPf66 contra la malaria, proyecto que lo posicionó como pionero mundial en la creación de vacunas sintéticas. Aunque el reconocimiento por parte de la Organización Mundial de la salud (OMS) no se produjo debido a limitaciones en su efectividad, este avance abrió nuevas perspectivas para combatir enfermedades infecciosas complejas.
Un legado de conocimiento y formación
Nacido en Ataco, Tolima, y formado como cirujano en la Universidad Nacional de Colombia, Patarroyo amplió sus horizontes académicos en instituciones como Yale y el Instituto Karolinska de Estocolmo. Su vocación lo llevó a fundar el Instituto de Inmunología del Hospital San Juan de Dios de Bogotá, donde dedicó décadas a formar científicos y desarrollar investigaciones innovadoras.
El reconocimiento no se hizo esperar: le concedieron la Medalla de Edimburgo, el Premio Príncipe de Asturias y el Premio OMS León Bernard, entre otros. Además, recibió títulos honoríficos de prestigiosas universidades de América y Europa.
Un adiós lleno de gratitud
La Universidad Nacional de Colombia, institución donde transmitió sus conocimientos durante años, destacó su influencia en el progreso de la ciencia nacional: “Su legado trasciende el impacto que dejó en generaciones de investigadores comprometidos con la construcción de un mejor país”.
Gabriela Delgado, decana de Ciencias de esta universidad, resumió su aporte: “Más que su descubrimiento en las vacunas, nos deja una profunda lección sobre el valor del conocimiento para enfrentar los desafíos de nuestro tiempo”.
Una vida dedicada al servicio de la humanidad.
Manuel Elkin Patarroyo no sólo buscó combatir la malaria, sino que inspiró a científicos y ciudadanos a creer en el poder transformador de la ciencia. Su partida deja un enorme vacío en la comunidad científica, pero su legado continúa como un faro para las generaciones futuras.